Tuvo media sanción el proyecto de ley que reconoce a la Lengua de Señas Argentina como lenguaje natural y originario en todo el territorio nacional y destaca la importancia de su preservación y difusión como parte del patrimonio lingüístico y cultural de la comunidad.
Cuando hablamos de inclusión social, en nuestro país hay una pendiente: la Ley de Lengua de Señas Argentina LSA). Y estamos un paso más cerca de conseguirla: ayer la Cámara de Diputados aprobó y giró en revisión al Senado el proyecto que reconoce a la Lengua de Señas Argentina como lenguaje natural y originario en todo el territorio nacional y destaca la importancia de su preservación y difusión como parte del patrimonio lingüístico y cultural de la comunidad.

La sesión contó con la presencia de miembros de la Confederación Argentina de Sordos, que observaron el debate desde el recinto y pudieron seguir las alternativas gracias a la intérprete de lengua de señas que siempre está presente en todas las deliberaciones del cuerpo legislativo. Además, los diputados y diputadas colocaron pañuelos azules en sus bancas con inscripción “Lengua de Señas Argentinas”.
El 23 de septiembre pasado, en el Día Internacional de las Lenguas de Señas, desde la Confederación Argentina de Sordos (CAS), y a través de más de 53 asociaciones e instituciones de personas sordas de todo el país a las que representan, nos dijeron: “Esta fecha simbólica, 23 de septiembre, no es una fecha elegida al azar, puesto que se conmemora en todos los rincones del mundo el Día Internacional de las Lenguas de Señas, oportunidad única para apoyar y proteger la identidad lingüística y la diversidad cultural de todas las personas sordas, además de otros usuarios de las lenguas de señas”.
La CAS, organismo representativo de la comunidad sorda argentina, hace más de 15 años que viene luchando por el reconocimiento legal de la Lengua de Señas Argentina a nivel nacional. “Que el Estado reconozca el cambio de paradigma que viene desarrollándose desde los años 70 en todo el mundo, que pretende abandonar la mirada médico-rehabilitadora que tiene la sociedad sobre las personas sordas para fortalecer una mirada social, que permita generar políticas positivas en favor de esta población y con el protagonismo de las mismas personas sordas”, remarcan.